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MITOS Y LEYENDAS

MITOS Y LEYENDAS

La sirena de Varsovia

Hace más de mil años, dos sirenas hermanas nadaban por las frías aguas del Báltico. Una de ellas llegó hasta la costa de Dinamarca, donde a día de hoy la podemos ver sentada en una roca a la entrada de Copenhague. La otra llegó a Gdansk, una pequeña ciudad polaca donde desemboca el río Vístula; y su curiosidad infinita la hizo navegar río arriba.

Cuenta la leyenda que la sirena salió a descansar a la arena y tanto le gustó aquel lugar, que decidió quedarse a vivir allí.

Los pescadores de la zona, al ver que alguien liberaba a los peces durante su pesca, decidieron capturar a ese ser para terminar con el problema. Pero al oír sus bellísimos cantos, se enamoraron de la sirenita SZAWA y olvidaron sus planes.

Sin embargo, un día, un ambicioso mercader que paseaba por el Vístula vio a la sirenita y la encarceló para presentarla en los mercados y ganar una fortuna con tan extraño ser: mitad mujer, mitad pescado. Y así lo hizo.

Los llantos de la sirena encarcelada, fueron escuchados por un pescador humilde, fuerte, hermoso y valiente: WAR. La vio y ambos se enamoraron, por lo que una noche, ayudado por otros compañeros, rescató a Szawa para volver a liberarla.

La sirenita, en prueba de su gratitud, les prometió que siempre que fuera necesario ella estaría ahí para defenderles. Por eso, desde entonces, el lugar se llama War-szawa y la sirena porta una espada y un escudo para defender la ciudad.

El dragón de Wawel

Según la leyenda un temible dragón habitaba una cueva en la colina de Wawel, en Cracovia. Cada semana, este monstruo reclamaba un determinado número de cabezas de ganado a los habitantes del lugar, en caso de no cumplir sus exigencias, el dragón devoraba la misma cantidad de cabezas humanas.

El rey ofreció como recompensa a aquel que lograse matar al dragón, casarse con su hija y convertirse en rey una vez él muriera. Sin embargo, quienes lo intentaron, acabaron muriendo calcinados, hasta que a un zapatero se le ocurrió darle un cordero con azufre dentro.

Cuando el dragón engulló el cordero, le causó mucha sed, debido a lo cual se bebió toda el agua del Vístula y explotó, poniendo fin a esta pesadilla.

Hoy en día se puede visitar la cueva del Dragón de Wawel en verano. Tras atravesar un pozo y bajar 21 metros, se puede recorrer una parte del antiguo hogar del dragón hasta llegar a la orilla del Vístula. Fuera de la cueva se ubica una gran estatua del dragón creada en 1971 que cada cinco minutos expulsa fuego por la boca, siendo una de las principales atracciones de Cracovia.

La leyenda del Basilisco

En los sótanos de un edificio de la Ciudad Vieja de Varsovia vivía un monstruo conocido como Basilisco, que se ocupaba de proteger los tesoros de allí, transformando en piedra a todo aquel que pretendiera robar las riquezas.

Hasta que un sastre ambulante apareció frente al monstruo armado con un espejo, venciéndolo con su propia mirada. Actualmente podremos ver una escultura de este Basilisco en la fachada de ese edificio y además representa a un restaurante típico del cual adopta su nombre.

La leyenda del Pato de Oro

Hace muchos años vivía una princesa transformada en pato en las mazmorras del castillo de los Ostrogski. Corría el rumor de que aquel que la encontrara, esta le haría rico. Finalmente lo consiguió el zapatero Lutek, por lo que la pata le prometió múltiples riquezas, con el requisito de gastar en un día un montón de ducados de oro sin compartirlos con nadie.

A punto de pasar la prueba, Lutek sintió la necesidad de ayudar a un mendigo con los últimos ducados que le quedaban, por lo que perdió todas las riquezas adquiridas y la pata desapareció. Entonces comprendió que no es el dinero lo que da la felicidad, sino el trabajo honesto, la salud y el buen corazón. Al poco tiempo cambió su suerte, al hacerse capataz y casarse con una bella doncella.

Hoy en día se puede visitar en Varsovia el castillo de los Ostrogski, donde se puede apreciar una pequeña escultura dorada de metal en el centro de una fuente.

La leyenda del oso de piedra

Frente al santuario de Nuestra Señora de Gracia, en Varsovia, se encuentra la estatua de un oso de piedra, que representaría a Gniewko. Según la leyenda, al quedarse huérfanos este y su hermana Milena, la joven se encargó de su hermano. Pero un día que Milena salió de casa, Gniewko aprovechó para ir al bosque, donde se perdió y llegó a una osera. La osa que tenía dos crías adoptó a Gniewko como si fuera otro osezno más.

Un día, los reyes salieron de cacería y entraron en la osera, ocasionando que Gniewko se interpusiera entre el rey y la osa para defenderla. La reina se enterneció y decidió llevarle a palacio, tratándole como a su propio hijo, con la promesa de mantener a la osa a salvo. Mientras tanto su hermana Milena aprendió hechizos, herbología y el arte de curar, sin nunca dejar de buscar a su hermano durante todos esos años.

Gniewko se enamoró de una joven llamada Jadwiga, pero no se atrevía a declararle su amor debido a su timidez. Hasta que un día decidió ir a la iglesia a declararse, entonces vio salir de la puerta de la iglesia a Jadwiga vestida de novia del brazo de su marido. Al joven se le partió el corazón y cayó al suelo, en ese instante apareció su hermana Milena que le reconoció y ante la imposibilidad de que viviera, formuló un hechizo con el cual volverá a su forma humana cuando llegue una mujer que lo ame.

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